La astronomía está llena de conceptos básicos que aparecen una otra y vez y que, si los entendemos bien, nos ayudan a comprender otros conceptos más complejos. Como no quiero que mis lectores se queden con dudas he iniciado esta serie de “AstroBásicos“, donde explicaré esos términos que solemos escuchar pero que no siempre se suelen entender. Puedes ver todos los AstroBásicos publicados hasta el momento aquí. Si quieres sugerir algún concepto o pregunta, hazlo a través del formulario de contacto.
Las estaciones del año se definen como períodos del año donde las condiciones climáticas se mantienen estables dentro de un cierto rango. En general, solemos aprender que las estaciones del año son cuatro, pero en algunas zonas de nuestro planeta estas se reducen sólo a dos.
Las estaciones del año ocurren debido a que el eje de rotación de la Tierra está inclinado con respecto al plano de su órbita alrededor del Sol. Esto hace que distintas partes del planeta reciban más o menos luz solar en distintas épocas del año.
La Tierra tiene tres movimientos: el primero es el de traslación, que corresponde a su recorrido alrededor del Sol, y es el que utilizamos en nuestra cultura para medir los años. El segundo movimiento es el de rotación sobre su propio eje, el cual nos da los días. El eje de rotación de la Tierra no se encuentra exactamente perpendicular al plano de su traslación, sino que inclinado en aproximadamente 23.5 grados.
El tercer movimiento de nuestro planeta es la precesión, que también está relacionado con su inclinación. Al rotar en un eje inclinado, la Tierra se mueve como si fuera un trompo. Este movimiento es imperceptible en nuestra vida diaria, y definir una circunferencia con el movimiento de precesión le toma a nuestro planeta casi 26.000 años. Este movimiento afecta ligeramente el paso de las estaciones, pero para este artículo necesitamos sólo concentrarnos en la rotación y la traslación.
Como mencioné anteriormente, el eje de rotación de la Tierra se encuentra inclinado, en aproximadamente 23.5 grados, con respecto al plano de su traslación:
Debido a esto, distintas parte de la Tierra apuntan hacia o en dirección contraria al Sol en distintas épocas del año. Cuando el hemisferio sur se encuentra «apuntando» hacia el Sol, recibimos más luz solar, y corresponde a nuestra época de verano. Al mismo tiempo, el hemisferio norte se encuentra apuntando en dirección opuesta al Sol, recibe menos luz, y está en invierno.
Los cambios entre las estaciones reciben los nombres de solsticios y equinoccios. Los solsticios corresponden al paso de primavera a verano (solsticio de verano) y de otoño a invierno (solsticio de invierno). La palabra solsticio proviene del latín sol sistere, que significa «sol quieto». Esto, ya que en estos momentos el Sol alcanza su altura máxima sobre el horizonte. Por ejemplo, a medida que la primavera avanza, el Sol va llegando cada vez más alto en el cielo, y los días se van haciendo más largos. En el día del solsticio, cuando el verano comienza, el Sol está en su punto máximo, y de ahí sólo volverá a estar más bajo cada día.
Los equinoccios corresponden al paso de verano a otoño (equinoccio otoñal) o de invierno a primavera (equinoccio primaveral o vernal). La palabra equinoccio viene del latín aequus nocte, «noche igual», ya que en los equinoccios el día y la noche tienen exactamente la misma duración de 12 horas. En los equinoccios ambos hemisferios reciben radiación solar en cantidades similares.
En general se señala la fecha de solsticios y equinoccios como el 21 del mes correspondiente, pero desde el punto de vista astronómico y meteorológico ocurren en días alrededor de esa fecha, en general entre el 20 y el 23.
Estamos acostumbrados a hablar de cuatro estaciones, y en gran parte de Chile pasamos por primavera, verano, otoño, e invierno. Sin embargo, la inclinación del eje de rotación de la Tierra no es tan pronunciada como se muestra en estas (exageradas) imágenes, pero incluso así es posible notar que hay zonas donde la cantidad de radiación que llega del Sol es constante durante el año.
Alrededor de la línea del ecuador, entre los paralelos 7°S y 7°N, el clima se denomina tropical o ecuatorial y existen sólo dos estaciones: seca y lluviosa, ambas con temperaturas similares. En estas zonas del planeta, la temperatura se mantiene constante a lo largo del año.
En las latitudes medias, como corresponde por ejemplo a la zona central de Chile, se tienen las cuatro estaciones muy marcadas.
El ser humano ha seguido el paso de las estaciones desde los principios de la civilización, ya que estas se relacionan directamente con los ciclos de las cosechas y de vida de otras especies animales. Son ciclos de nuestro planeta que afectan no sólo a la ciencia, sino a toda nuestra cultura.
Gracias por estos posts «básicos», son muy útiles para quienes recién descubrimos nuestro interés por estos temas.
Saludos!
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