Una de las misiones astronómicas más ambiciosas de las últimas décadas cumplió sus primeras metas durante septiembre de 2018: la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) logró llevar una sonda hasta un asteroide y depositar no uno, sino tres rovers en su superficie.
Algo parecido fue lo que hizo la misión Rosetta en 2015, pero la misión japonesa tiene un objetivo aún más especial: tomar muestras físicas de la superficie del asteroide, y traerlas de vuelta a nuestro planeta.