Pareidolia: viendo caras donde no las hay

Desde 1976, cuando empezaron a hacer su aparición pública las primeras imágenes de Marte tomadas por la sonda Viking 1, la gente comenzó a ver estructuras conocidas en la superficie de este planeta: la famosa «cara de Marte». Ahora, que gracias al rover Curiosity tenemos imágenes nuevas y de mayor resolución, la lista ha ido aumentando: hace un tiempo fueron pirámides, un par de semanas atrás un «cangrejo gigante», y en los últimos días, la silueta de una mujer.

La verdad es que, al menos por ahora, en Marte no hay ni caras gigantes esculpidas en la superficie, ni pirámides, ni cangrejos ni mujeres. Estas visiones se deben a un fenómeno llamado pareidolia, en el cual nuestro cerebro recibe un estímulo visual, pero lo interpreta de forma incorrecta.

Las nuevas exploraciones en Marte, además de entregarnos pareidolias nuevas, también nos permiten ver las antiguas desde otras perspectivas. Miren, por ejemplo, cómo cambia la «cara» de Marte cuando la observamos con cámaras de mayor resolución. La cara ya no lo parece tanto:

De izquierda a derecha: la foto del Viking 1, de 1976, donde por primera vez se ve la
De izquierda a derecha: la foto del Viking 1, de 1976, donde por primera vez se ve la «cara de Marte»; una imagen de 1998 tomada por la misión Mars Global Surveyor (MGS); y una imagen tomada por el MGS a mayor resolución, en el año 2001. Vía NASA.
Imagen tomada por HiRISE en 2007, de resolución mucho mayor. Vía NASA/JPL.
Imagen tomada por HiRISE en 2007, de resolución mucho mayor. Vía NASA/JPL.

¿Por qué ocurre este fenómeno, y de qué otras formas nos afecta? Lo explicamos a continuación.

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