¿Vida extraterrestre en el Sistema Solar? A Europa los pasajes

La idea de encontrar vida extraterrestre en nuestro propio Sistema Solar ha fascinado desde siempre al ser humano. Ahora, con los anuncios de la NASA que podrían confirmar la presencia de agua líquida en la superficie de Marte, el tema ha vuelto a dar de que hablar.

Sin embargo, hay ciertos lugares del Sistema Solar donde la presencia de agua es más certera que en Marte y, por lo tanto, la presencia de vida es más probable: los satélites de Júpiter y Saturno, en particular Europa, uno de los principales satélites de Júpiter.

Europa, una de las principales lunas de Júpiter. Vía NASA/JPL.
Europa, uno de los principales satélites de Júpiter. Vía NASA/JPL.

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¿Qué tienen de especial los satélites de Júpiter y Saturno?

Tanto Júpiter como Saturno poseen varias decenas de satélites naturales. Júpiter tiene 76 confirmados; Saturno, 62. Por supuesto, no todos estos son de tamaños considerables como para poder ser bien visualizados y estudiados desde la Tierra, muchos incluso ni siquiera tienen órbitas estables alrededor de su planeta correspondiente. Es por eso que, generalmente, cuando se habla de los satélites de estos planetas, se refieren a los principales: Io, Europa, Ganímide y Calisto, en el caso de Júpiter (conocidos como los cuatro ‘Satélites Galileanos’ de Júpiter, pues fue Galileo el primero que registró su observación) y Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rhea, Titán, y Iapeto, en el caso de Saturno.

Al ser estos los mayores satélites de dichos planetas, han sido observados y estudiados desde hace mucho tiempo. Hoy, se conoce con mayor exactitud su constitución: se cree, con bastante seguridad, que Europa, Ganímides y Calisto de Júpiter, Titán y Encélado de Saturno, y también Tritón, satélite de Neptuno, poseen océanos líquidos subterráneos bajo sus superficies de hielo.

Como mencionamos en el artículo sobre el descubrimiento de evidencias de agua líquida en la superficie de Marte, la detección de agua en algún lugar que no sea la Tierra siempre causa revuelo, ya que toda la vida como la conocemos está ligada a la presencia de agua.  La existencia de agua líquida por si sola no necesariamente implica, directamente, la existencia de vida, pero si lo hace bastante más probable.

Europa y Encélado

La superficie de Encélado, satélite de Saturno, muestra claras evidencias de actividad geológica. Vía ZME Science.
La extraña superficie de Encélado, satélite de Saturno, es de hielo sólido. Vía ZME Science.

Si bien todos estos satélites muestran indicios de tener océanos subterráneos, Europa y Encélado cuentan con un detalle que los hace diferentes: sus oceános parecen estar en contacto con el manto rocoso de sus superficies, lo que haría posible una serie de reacciones químicas interesantes, y sugiere que estos océanos serían de agua salada. Además, por el tamaño de estos satélites, y debido a la fuerza de gravedad existente entre ellos y los planetas que los albergan, estos experimentan fuerzas de marea similares a las que la Luna produce sobre la Tierra. Esto podría significar que, debajo de sus cortezas de hielo, los océanos se mantienen cálidos. Todas estas características harían de Europa y Encélado mundos donde los oceános funcionarían de manera similar a como lo hacen en nuestro planeta. Además, se sabe que ambos satélites poseen actividad de placas téctonicas, lo que también sugiere que han tenido procesos geológicos que podrían ser similares a los que ocurren en la Tierra.

A fines del año 2013, el Telescopio Espacial Hubble observó vapor de agua siendo expulsado desde la superficie de Europa, de una manera similar a como lo hacen los géysers en la Tierra. Este fenómeno sólo había sido observado antes en un satélite del Sistema Solar: Encélado. Si la presencia de este vapor proviene de los océanos (como el caso de las chimeneas termales, en las profundidades del océano terrestre), el estudio de sus componentes podría llevar a un análisis químico de estos, permitiendo así determinar si poseen condiciones propensas para el desarrollo de la vida.

Entonces… ¿por qué Europa, y no Encélado?

Europa tiene ciertas ventajas sobre Encélado, que lo hacen ver como un mejor candidato para albergar vida. En primer lugar, Europa se ha estudiado lo suficiente como para determinar que su océano existe desde los principios del Sistema Solar, unos 4.5 billones de años atrás (4.500.000.000 años). En caso de haber vida, esta habría tenido mucho más tiempo para desarrollarse en Europa que en Encélado, cuyo océano parece ser más reciente. Además, los descubrimientos sobre el océano de Encélado también son nuevos: hasta hace poco, se creía que el océano líquido estaba presente sólo bajo los polos del satélite. Recién este año se confirmó que dicho océano es global, abarcando toda la superficie de Encélado.

Si la vida se ha desarrollado en alguna de estos dos satélites, es más probable que haya ocurrido en Europa. Es por esta pequeña ventaja temporal en la edad de sus océanos, que lleva la delantera sobre Encélado en posibilidades de exploración.

Comparación de tamaños entre nuestra Luna, Europa de Júpiter, y Encélado de Saturno.
Comparación de tamaños entre nuestra Luna, Europa de Júpiter, y Encélado de Saturno.

Misiones pasadas y futuras

Tanto Europa como Encélado fueron observados en detalle por primera vez gracias a los sobrevuelos realizados por las sondas Voyager 1 y 2, en los años 70. Europa también fue sobrevolado por las sondas Pioneer 10 y 11, a fines de los 60. Europa ha sido estudiado por las sondas Galileo en 1995 y New Horizons, durante su paso por Júpiter en 2007. Encélado fue sobrevolado por la sonda Cassini, en 2004.

Actualmente, existen varias propuestas de misiones a Europa, mucho más ambiciosas que las anteriores: ya no se busca sólo realizar sobrevuelos, sino también descender a la superficie del satélite. La misión a Europa de la NASA, planeada para ser lanzada el año 2020, contempla equipos para orbitar dicho satélite realizando varios sobrevuelos, pero también considera llegar al hielo de la superficie e, incluso, perforar a través de esta, para poder estudiar sus componentes y su interior. Estas misiones están siendo planeadas por la NASA en conjunto con la Agencia Espacial Europea, y a fines del año 2015 el panorama debería ser más claro sobre si se realizarán o no.

La futura exploración a Encélado tampoco se descarta: la NASA ha presentado planes de una sonda llamada «Enceladus Life Finder», la cual orbitaría el satélite para estudiar, a distancia, los componentes químicos de los geysers, y así obtener indicios sobre la composición de su océano. Sin embargo, no se han dado detalles más concretos sobre esta futura misión.


Si bien Marte es nuestro vecino más cercano que podría albergar vida, tanto Europa como Encélado, por sus características, son candidatos mucho mejores. Esperamos que se concreten las misiones propuestas y que, dentro de algunos años, podamos descubrir si realmente hay vida extraterrestre aquí, en nuestro propio barrio en el Universo, el Sistema Solar.

Links de interés

NASA’s Europa Mission May Land on Ocean-Harboring Moon — Space.com
The Search for Extraterrestrial Life in Our Solar System — Observer
NASA moves ahead with plans of mission to Europa — CNN
Alien Ocean: NASA’s Mission to Europa — NASA/JPL
Tectonics en Enceladus — ZME Science
Jupiter’s Moon Europa May Have Plate Tectonics Just Like Earth — Space.com

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