El 14 de julio de 2015, la sonda espacial New Horizons realizó un sobrevuelo de Plutón, entregandonos las imágenes de mayor resolución del planeta enano que hemos visto hasta ahora. Antes de New Horizons, Plutón sólo era un punto borroso en los telescopios; gracias a esta sonda, pudimos apreciar los relieves de su superficie, sus distintos componentes, y descubrir su actividad geológica. Aprendimos que hay cielos azules en Plutón, que está cubierto por cuatro tipos de hielo distintos, e innumerables sorpresas más.
Recién el pasado 27 de octubre New Horizons terminó de enviar a las centrales de la NASA todos los datos recopilados durante su sobrevuelo de Plutón. A medida que pasen los meses y que dichos datos sean analizados, iremos aprendiendo cada vez más sobre este mundo lejano. Y aunque puede parecer que la misión de New Horizons ya se cumplió, aún le queda trabajo: el siguiente destino de la sonda se llama 2014 MU69, y es un objeto que puede tener respuestas sobre el origen del Sistema Solar.
Más allá de Plutón: el cinturón de Kuiper
Nuestro Sistema Solar no termina en Plutón. Plutón y otros dos planetas enanos, Haumea y Makemake, son parte de una estructura que rodea al Sistema Solar y que se conoce como el cinturón de Kuiper. El cinturón de Kuiper es similar al cinturón de asteroides (ubicado entre Marte y Júpiter), pero con una extensión mucho mayor y con muchos más objetos. Mientras que el cinturón de asteroides se compone principalmente de cuerpos rocosos, los objetos del cinturón de Kuiper están compuestos principalmente por hielo de elementos volátiles, como agua, metano, y amoníaco.
Se cree que en el cinturón de Kuiper se originan algunos cometas, y también que algunos satélites del Sistema Solar (como Tritón en Neptuno y Febe en Saturno) pueden haber provenido de él. A los objetos del cinturón de Kuiper se les suele llamar KBOs (por las siglas de Kuiper Belt Object, Objeto del Cinturón de Kuiper).
Los orígenes del cinturón de Kuiper se remontan a los inicios del Sistema Solar. Los modelos de formación planetaria más aceptados actualmente plantean que, recién formada una estrella (en este caso el Sol), un disco de polvo cósmico se forma a su alrededor. Este disco está formado por partículas milimétricas, que con el tiempo comienzan a chocar entre sí y a quedar unidas formando partículas cada vez más grandes. Cuando alcanzan tamaños de unos pocos kilómetros, estos objetos pasan a llamarse planetesimales, y el mismo proceso de muchos planetesimales chocando y uniéndose es lo que finalmente formó a los planetas de nuestro Sistema Solar.
No todas las partículas de este disco inicial lograron formar partículas más grandes, y una vez que los planetas mayores del Sistema Solar ya estaban formados, las perturbaciones gravitacionales de este sistema aún en formación empujaron a estas partículas remanentes, más pequeñas, hacia la zona exterior. Éstas terminaron agrupándose en una estructura de disco, o más bien como una donut, que abarca desde 30 Unidades Astronómicas (más allá de la órbita de Neptuno) hasta 50 Unidades Astronómicas (una Unidad Astronómica, o AU, se define como la distancia entre la Tierra y el Sol).
Una reliquia del pasado
2014 MU69 es el nombre del objeto escogido dentro del cinturón de Kuiper para ser estudiado por New Horizons. Es un KBO como cualquier otro, sin ninguna característica especial entre los miles de otros cuerpos de hielo que lo rodean. Y es justamente eso lo que lo hace tan interesante.
Si bien Plutón forma parte del cinturón de Kuiper, su órbita se encuentra casi en los límites de éste, e incluso se cruza con la órbita de Neptuno cada cierto tiempo. A lo largo de su existencia, Plutón ha interactuado e incluso colisionado con otros objetos, grandes y pequeños. Como descubrimos en el sobrevuelo de New Horizons, gran parte de los cráteres de Plutón son nuevos, y actividad geológica reciente ha alterado su terreno. Toda la historia antigua que Plutón podía guardar en sus componentes y en su superficie ha sido prácticamente borrada.
Lo mismo ocurre con los cometas que provienen del cinturón de Kuiper: a lo largo de sus distintas órbitas y pasos por el Sistema Solar, han interactuado con otros objetos y han sido afectados por la radiación del Sol, alterando así también la historia que podrían llevar en sus componentes.
Sin embargo, 2014 MU69 nunca ha salido del cinturón de Kuiper. Nunca se ha visto afectado por objetos del interior del Sistema Solar. Es, verdaderamente, una reliquia: los objetos como 2014 MU69 son los remanentes de los primeros años del Sistema Solar. Se formaron en el principio de su existencia, y se han mantenido impertubados desde esa época. Los componentes del interior de estos objetos se han mantenido intactos desde la formación del Sistema Solar. Esto hace que se les llame «cápsulas del tiempo», ya que su estudio permitirá aprender sobre la nube primordial en la que se formó el Sol y posteriormente los planetas.
La misión
2014 MU69 fue descubierto por el telescopio espacial Hubble en el marco de un rastreo para buscar objetos que serían buenos candidatos para un sobrevuelo de New Horizons. Este rastreo tuvo que hacerse con el telescopio espacial, ya que estos objetos son tan poco brillantes que sólo los telescopios más poderosos pueden observarlos. A partir de las distintas observaciones del Hubble, se determinó la órbita exacta de 2014 MU69 y, luego del sobrevuelo de Plutón, se le dieron instrucciones a New Horizons para que se dirija hacia allá. Esto hace de 2014 MU69 el primer objeto en ser descubierto después del lanzamiento de la sonda que lo estudiará.
El sobrevuelo de 2014 MU69 está programado para el 1 de enero de 2019. Será la primera vez que se observe un objeto tan antiguo como el Sistema Solar mismo. 2014 MU69 existía incluso antes de que los planetas se formaran. Su estudio permitirá determinar las propiedades físicas de la nebulosa primordial donde nuestro Sol se formó, y descubrir cuáles eran los elementos presentes en sus inicios. Saber cuáles fueron los componentes iniciales del Sistema Solar nos servirá para complementar los modelos actuales de formación planetaria, y también para comprender mejor cuáles fueron los primeros elementos existentes sobre la Tierra.
Súper interesante!!
Me encantó la idea de éstas cápsulas de tiempo que se han quedado allí, como testigos para ser visitadas o descubiertas.
Siempre leo este blog, y me parece muy estimulante y me hace reflexionar.
Este caso del MU 69, me hace pensar de cómo por no salir nunca del cinturón K permanece más «fiel» al origen.
Te felicito Francisca por la manera amena y accesible que presentas estos temas.
Saludos
Paulo
¡Muchas gracias! 🙂