En el año 1995 se descubrió el primer planeta orbitando una estrella similar al Sol, 51 Pegasi B. Fue este exoplaneta el que dio origen al término hot Jupiter: exoplanetas gigantes gaseosos, similares a nuestro más conocido Júpiter, pero que se ubican mucho más cerca de su estrella de lo que Júpiter se encuentra del Sol.
Desde entonces se han descubierto más de 2000 exoplanetas, y se cree que cerca de un 1% de las estrellas poseen hot Jupiters orbitando a su alrededor. Pero había algo extraño en estos masivos exoplanetas, que confundía a los astrónomos: según los modelos de formación de planetas que existen actualmente, los hot Jupiters deberían tener agua en sus atmósferas, pero los exoplanetas de este tipo observados tenían valores de agua atmosférica mucho menores a lo que los modelos indicaban. Esto implicaría que los modelos de formación de planetas estarían incorrectos, y que deberían ser reformulados.
Un nuevo estudio, publicado a mediados de diciembre en Nature, combina observaciones del Telescopio Espacial Hubble y del Telescopio Espacial Spitzer. A partir de éstas, sugiere que el agua sí está presente en las atmósferas los hot Jupiters en las cantidades esperadas: sólo se encontraría oculta por nubosidad compuesta de otros elementos químicos.