Desde 1976, cuando empezaron a hacer su aparición pública las primeras imágenes de Marte tomadas por la sonda Viking 1, la gente comenzó a ver estructuras conocidas en la superficie de este planeta: la famosa «cara de Marte». Ahora, que gracias al rover Curiosity tenemos imágenes nuevas y de mayor resolución, la lista ha ido aumentando: hace un tiempo fueron pirámides, un par de semanas atrás un «cangrejo gigante», y en los últimos días, la silueta de una mujer.
La verdad es que, al menos por ahora, en Marte no hay ni caras gigantes esculpidas en la superficie, ni pirámides, ni cangrejos ni mujeres. Estas visiones se deben a un fenómeno llamado pareidolia, en el cual nuestro cerebro recibe un estímulo visual, pero lo interpreta de forma incorrecta.
Las nuevas exploraciones en Marte, además de entregarnos pareidolias nuevas, también nos permiten ver las antiguas desde otras perspectivas. Miren, por ejemplo, cómo cambia la «cara» de Marte cuando la observamos con cámaras de mayor resolución. La cara ya no lo parece tanto:
¿Por qué ocurre este fenómeno, y de qué otras formas nos afecta? Lo explicamos a continuación.